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Un nuevo día

Un nuevo día

        Un nuevo día acaba de parír sus primeros destellos baja la influencia de una recién estrenada estación. Hace sueño, demasiado para hacer algún intento de despojo textil sobre un lecho que se muestra indiferente, una vez más, a mis delirios de noctámbula descreída. Con precisión felina, me dejo caer sobre ese áspero suelo de parqué que llora sus vestiduras de antaño, cuando todavía podía reflejar mis bostezos sobre su lomo reluciente. Arrastro mi complicada forma humana hacia el lavabo y limpio mis pecados con el agua más pura que encuentro disponible a esas horas tan pasadas de fecha, donde las calles aguardan en silencio los primeros ruidos de la rutina, donde el aire se despereza a lo largo de las avenidas en forma de aprendíz de viento huracanado, donde la vida agazapada por sus temores va saliendo de su escondrijo y amenaza con brotar de sopetón a golpe de sirena, donde la maquinaria recién engrasada se dispone a arrancar sus viejos motores, donde todo comienza para volver a terminar...

       Mastico con descarada parsimonia la idea de emprender el vuelo, pero me acosan las dudas a preguntas que no estoy en disposición de responder y quizá, no exista una maldita contestación que sacie su sed de relativizar los problemas para seguir tirando, pero está claro que por este camino no se puede continuar, las piedras obstaculizan el tránsito y cada vez se vuelve más angosto, más fangoso. Estrujo mis pensamientos como si quisiese extraerles su zumo, concentrándome en cada recodo, para que ninguna partícula se disuada de mi labor desempeñada con disimulado rigor científico. Paladeo su sabor a desconcierto y me doy cuenta de que no tienen sal. Le falta lo esencial para que puedan apasionarme. Además de su carencia en sódio, están desprovistos de sentido y se aglutinan en mi paladar con cierto desorden. Enjuago mi boca con tímidas promesas y con ello se evaporan los escasos efluvios que emanan de este escueto desayuno, que más que sabor a gloria, me ha sabido a mucha pena...

Refugio

Refugio

La incandescencia de mis pensamientos se subyuga ante tu pasividad, por un ataque de ira, por un gesto carente de significado, vacío como tantas veces últimamente, como corrupto e indigesto al tacto de mi pereza sobre tu desgana. Cansancio, rutina, espacios en blanco que fluyen sigilosos a tu percepción de tonalidades intermedias. Mi aliento revela una saciedad que desconocía y jugetea al borde del abismo a sopesar los pros y los contras, haciendo malabares con esas decisiones que se divisan tan poco nítidas como tus actos de perdedor resignado.

El transcurso de esta existencia que protagonizo se reboza en silencios mal pronunciados y repetitivos, en palabras huérfanas de ansia en la clandestinidad de tus monólogos sin razón ni freno, en sospechosas inquietudes surgidas de lo incierto del mañana, en maleables caprichos, en imprudentes ojalás de corazón y de cerebro anoréxico por falta de alimento. Los poros de mi piel, repelen tu presencia y se desdibujan inquietos al roce de tus pupilas inyectadas en malos presagios, en intenciones de doble moralidad, en desprecios gratuitos, en sed...

Necesito ahogar mis gritos en tu garganta, hidratarme de nuevo con tu veneno, beber de tu sangre hasta perder el control sobre mi propia saliva y recorrer tu traslúcida estampa de principio a fin. Me arroparé con tus reproches como si fuesen mi único hogar, mi refugio olvidado, mi rincón recuperado, mi excusa para no perderte. Me haré hueco entre tus olvidos y dormiré sin reparos sobre tu falta de tacto, sobre esas manos que intentan balbucear verdades como puños. Me rendiré ante tu voz apagada cuando la alces para enfatizar tus ardientes deseos. Me mecerán tus sabios consejos de malnacido, arrastrándome a un estado de paz por descubrir, que me ciegue, que me turbe, que me convenza de no abandonar este nido, que responda a mis cuestiones y me haga olvidar que estoy aquí por tí.

Odio

Odio

Hoy conmemoro el acontecimiento que ha marcado una etapa de mi vida, dándome el honorífico título de reina de tu inframundo. Me molesto en intentar odiarte pero solo consigo una promesa de que en un futuro cercano consiga alejarte de mis pensamientos, que no hacen mas que reproducir torpes escenas de momentos malditos por mi orgullo. Esos instantes de dejadez, se alían a mi sed de venganza por sacudir de tu vida los buenos hábitos que segrega tu ética y tornarlos tormentos malditos de dudas mal sembradas, porque nunca he sido impoluta de intenciones al prójimo, porque me cuesta desprenderme de mi afán por quemar cualquier sueño iluso y lo sé, sé que no merezco ser protagonista de tus deseos todavía en proyecto, que se agolpan en tu recién estrenada conciencia como ruinas abandonadas en una zona cero, de esas que aglutinan primaveras para aliviar el dolor ajeno que suponen el recuerdo de ciertas pesadillas.

Pierdes el tiempo en conseguir razones para quererme. No necesitas rebuscar entre los deshechos de tu maltrecha imaginación, para ser consciente de que debes mantener las distancias con mi experiencia en hacer leña de árboles que todavía no han caido por su propio peso y que sin embargo reposan inertes a mi paso. Dejaré de perseguirte con disimuladas precauciones y reanudaré mi ruta hacia ningun lugar concreto, que es donde debo estar, donde las verdades no alcanzan porque la ignorancia es muy difícil de atravesar sólo con palabras mal pronunciadas... y ahí estaré bien, porque la rabia contenida es una enfermedad que debe tratarse desde la distancia.

Sabor a ti

Sabor a ti

Voy a contarte como reposar tus soberanas estupideces, en el olvido de todos a cuantos has enmudecido al paso de esas palabras desprovistas de intención. La verdad siempre ha sido la clave de tu falsa sonrisa, como cuando lamías el jugo exprimido de la victoria sobre el resto de los que no pueden decir que han triunfado alguna vez en sus vidas de parásito callejero.

No entiendo como pude caer en esas redes a medio tejer, ni como me engañaron tus caricias verbales aquella tarde de primavera templada... porque no hacía demasiado calor, porque la tarde estaba muriendo lentamente sobre nosotros mientras observábamos pasar el tiempo tan deprisa que apenas podiamos percibir su transcurso, entre nuestros dedos desnudos de compromisos. Esta vez si, prometo dejar pasar las ausencias en memoria de tus sencillas explicaciones, que nada aportan a mi empeño por palidecer bajo el sol abrasador. Te dedico esta insinuante melodia, para que sientas como yo la vivo cuando sus notas penetran mi ser y enloquecen al compás de las yemas de la novedad. Fumaré de tu aliento una vez más para no caerme cuando te vayas y seguir respirando tu pista mientras te alejas por los senderos de mi desilusión y mi desencanto de esta vida que me ha privado de tus besos.

Me apetece recortar tu silueta a mordiscos y guardarla lo más profundo que pueda, para que no se pierda la esencia que se fragua en tu retorcido corazón. Despertaré con el recuerdo del aroma de aquellos besos robados, que una vez se me ocurrió comprar a precio desorbitado y por los que todavía estoy pagando una deuda que me hará prisionera de mis caprichos espontáneos... pero ha merecido la pena hipotecar mi rutina por paladear un segundo tu sustancia más prohibida, que sin saber a qué sabe, solo sé que es digna de probar...

for HIM

Viento Sur

Viento Sur

He atiborrado mi existencia con productos típicos de factoria a granel, bañados en chocolate algunos, otros, los menos, recubiertos con una fina película de mantequilla y caramelo. Me gusta levantarme y reblandecerme el cerebro culinariamente hablando, con hidratos de carbono prefabricados y grasas de tipo animal 100 % porcino, porque lo del vacuno... se me hace chiste fácil y un tanto desagradable al paladar.

Me encanta fisgonear a primera hora el callejón, tan desprovisto de coches algunas veces y tan repleto de colorido textil en la mayor parte de los tendales vecinales. Comparo las formas y acabados de sus terrazas, sus dimensiones y su resistencia al temporal cuando sopla el viento. Envidio esa porción de suelo al aire libre, ese espacio aunque minúsculo en el que poder sentir la brisa bañando mi gesto de pocos amigos matinal...

Hay viento Sur  pero no me preocupa, hoy no tengo que lidiar con grupos humanos ávidos de desahogos contra el que menos pinta en sus complicadas e insufribles vidas. Tan solo dejaré que acaricie mi desnutrida y acartonada piel, para que pueda proseguir su labor de secado rápido si es que esas son sus principales pretensiones.

Sacudo mi tiempo, escudriñando los entresijos de mi disciplinada mentalidad, a veces un tanto preadolescente por sus formas altibajas, otras en cambio, de una madurez desmesurada capaz de provocar sensación de pánico en el más adulto de los octogenarios. Debería comenzar con mi entrenamiento más esporádico e inconstante que periódico y habitual, pero la desidia se ha instalado en mis adentros y no quiere salir a tomar el fresco y menos con estas previsiones climatológicas nada atractivas para dar un paseo por los aledaños de mi esculpida figura. Esta mañana, conviene hacer repaso de mis obligaciones morales y unas cuantas amonestaciones bien merecidas en cuanto a dejadez y ansiedad. He de establacer de nuevo los límites porque los retos anuales ya se han desdibujado otra vez y así no hay quien gestione ni organice una existencia digna galardones o medallas al mérito.

 

Votemos...

Votemos...

Me duelen todos y cada uno de los músculos que componen mi trasnochada figura. Me molesta tener que girar el cuello para ver qué sucede a mi alrededor y que la lamentable treintena te regale dolencias de este calibre a cambio de unas horas de gimnasio. Es mejor decantarse por una buena siesta en el sofá a intentar ligar unas buenas agujetas en la sala de máquinas. A este paso, terminaré con mi nivel de grasa en cuerpo antes de que la operación bikini se instaure definitivamente en nuestras atormentadas conciencias.

Padezco resaca electoral y todavía no he acudido a las urnas. Tendré que cumplir escrupulosamente con mi deber como ciudadana vasca adoptiva y proceder democráticamente a manifestar mi opinión política en forma de voto vinculante. A pesar de haber pasado mi jornada de reflexión en cuarentena, lejos de toda manupulación paisajística y apriorística de mi intención de voto, no consigo visualizar un futuro mejor para la euskadi profunda y estoy tentada a tumbarme a la bartola cual chiringuito de playa, antes que recorrer los escasos 10 metros que me separan del colegio electoral. No tengo clara mi postura, ni el rumbo que deben tomar mis decisiones por más que lo medite, tan sólo vienen a mi cabeza vestidos de novia en tonos rotos o abalorios con que diseñar mis próximas creaciones primavera-verano. No quiero pecar de remolona, asi que tendré que retar a la pereza con zapatos de tacón y despreocupación absoluta, teniendo presente que mis pretensiones se reflejarán en los resultados de media noche. Espero que sea para bien y que de una vez por todas se respire un ambiente más libre, más plural, menos violento y aún teniendo en la memoria los tiempos de patxi, éstos sirvan para no caer en los mismos errores del pasado y podamos vivir entre la igualdad, la evolución armónica de las distintas conciencias, la cultura, la tolerancia, la paz y la felicidad. Amén.

Como un bicho raro que... te desea.

Como un bicho raro que... te desea.

Como un bicho raro que no entiende de melodías prohibidas, desdibujo tus ensoñaciones con merecidos desplantes. No es necesario que calles tus deseos con tristezas de viuda egocéntrica, ni desnudes tus anhelos con la misma pulcritud con que me observas, cuando intento hacerme un hueco entre el gentío para ver cómo las llamas deboran lentamente un atardecer que no me atañe. Cierra los ojos y siente cómo nuestros cuerpos se funden en uno, escucha los latidos de tu venganza a mis insinuantes curvas  que merecen ser mancilladas con tu saliva, saborea la libertad que supone estrechar mi figura con ataques de ira contenida y ese hormigueo lascivo que sube desde las plantas de los pies hasta tus osadas manos, que no entienden de fronteras y se limitan a explorar el terreno con la cautela de un aprendiz. Bailemos hasta que digan basta tus músculos...

He de mudar mi sonrisa para el otoño por una mueca más ecológica, he de recomendar un buen corte de pelo a tu necio egoismo, para que puedas dejarte llevar por la simpatía que desprenden mis decisiones tomadas tan impulsivamente y permitas a tu imaginación pasearse como si nada entre el surco de mis pechos desnudos. Eres tán sumamente especial, que me rebienta reconocerme prisionera de tu endiablada testarudez, de tus idas y venidas, del suave viento que mece tus finos y enredados pensamientos, de tu gélida voz cuando me hablas de insignificancias que no vienen a cuento. No tengo tiempo, no quiero esperarte de nuevo en esta habitación sin fin, sin tenerte no me permito acortar distancias entre lo que pretendo y lo que esperas de mí. Te pertenezco aún sin saber quién soy realmente, porque a pesar de desconocer el origen de mis ensoñaciones, me deshago al paso de tus caricias...

Soy un bicho raro pendiente de tus manias, esperando una señal que me diga que no soy lo suficientemente raro como para compartir los manjares de tu cuerpo, como para elevar tu voz hasta el jadeo profundo que sienten tus poros extenuados, como para ser pretendiente de tu sabios placeres, de tus gemidos sordos, de tus escalofrios calientes, de los suspiros que se lanzan sin paracaidas desde tu boca para estrellarse entre las sábanas recién lavadas. Recuerdo tus espasmos contra mi  olvidado torso, mientras viajo mentalmente a través del tiempo y el espacio que separa tus caderas de mis malcriados caprichos.  Eres tan especial... y yo tan bicho...

Grrr...

Grrr...

Los labios de gominola intentan saciar mi ansiedad, pero la proporción de impotencia en sangre es muy superior al que me merezco una tarde cualquiera de jueves. Odio a los empresarios que ponen reglas ridículas a sus dependientes, a los dependientes que no ponen facilidades a los clientes y a los clientes que pretenden saberlotodo sobre todos los productos de la tienda, mientras el resto, hacemos un master en aprendizaje de precios rebajados y los dos primeros cursos en manchas de baldosín. Para cuando consigues un mínimo de atención de la parte vendedora, te topas con un muro de imposibilidades y caras mitad resignación mitad sonrisa incómoda. Por encima de tener pagar, hay que llevarles el trabajo masticado. Pues hoy ya he digerido bastante como para tener que comerme más encomiendas de gestión.

 

 

 

Regreso...

Regreso...

Mañana de domingo, intentando imponerme reglas que yo misma sé que no cumpliré, y por más que mis hombros reflejen una respuesta ambigua para el resto de los mortales, yo sé que mis gestos simbolizan lo que siento y muy a menudo siento que quiero decir un sí, con una expresión corporal de me da igual  o carezco de la respuesta correcta.

Tal vez hayan clausurado mi espacio por falta de asiduidad de la autora, tal vez aunque siga abierto, nadie lea ya mis nuevas publicaciones por falta de publicidad o rumores que indiquen que vuelvo a estar de moda en la red. Siempre teniendo en cuenta, claro está, que me seguía un público minoritario pero exigente que esperaba mucho de mí, tanto, que siempre me rondaba el miedo de fallarles en cierto modo. Aún así, me aventuraba en nuevas y prometedoras crónicas hasta que por motivos de fuerza mayor, tuve que volar de mi nido y con ello, despegarme de mi 17% de ordenador.

He conseguido métodos alternativos, para la publicación de mis pequeñas cosas, así que… espero poder volver a llegar a todas vuestras retinas y manteneros informados de mis idas y venidas de olla, de mis avances en el terreno laboral por calificarlo de algún modo, de forma en que consumo mi tiempo de ocio y de todas esas cosas que poco a poco han ido conformando el hilo de mi historia.

Procuraré tener suministro literario para una buena temporada y así poder actualizar a la mayor brevedad posible las crónicas publicadas, o... al menos vencer a la pereza y escribir una vez por mes. Para qué o para quién?  Pues... para todos aquellos que deseen empaparse con mis vivencias cotidianas y refrescar sus acalorados cuerpos tostados por el sol, con el isotónico retrogusto  que queda en nuestros paladares tras la ingesta de un sorbo prolongado de noticias mías y siendo menos pretenciosa, lo haré simplemente para mí, porque me apetece autoescribirme y comprobar que evoluciono y no me estanco de pensamiento, palabras y obras. Sin más preámbulos, deciros que… welcome to the virtual experience!!! (reload)

Desidia

Desidia

Estabas en primera línea de mis pensamientos, pero te he relegado a un inmerecido quinto puesto. Tu inexplicable pudor me desespera, casi tanto como las nuevas tecnologías que se empeñan en hacer de mí una políglota forzosa. Me siento como una turista en tu propio cuerpo, nunca encuentro un rincón que me acoja desinteresado y me siento presa de mi instinto depredador a tu lado. Escribo porque me evado, para olvidarme de tus silencios incómodos, de las heridas que me provoca el amargor de tu mirada, de tus vacios, de tus miradas...

Somos importancias relativas en un mundo de perros pillados in fraganti. Elevamos al infinito casi sin querer, sin darnos cuenta de que el verdadero paraiso está aquí en el suelo, bajo nuestros agrietados talones. La inmediatez de los puntos y a parte, me hace pensar que nada merece la pena, que jugamos a ser kamikazes con la autoestima etilizada, en un mundo que nos lo consiente todo. Sería precisa una bofetada, breve, crujiente, de esas que despiertan al alba y permanecen en el recuerdo, para replantearnos si este es el camino correcto o debemos coger la primera desviación a la izquierda. Pero... quién sabe distinguir las direcciones prohibidas en este caprichoso entramado de sonrisas hipócritas, lágrimas artificiales y verdades disfrazadas.

Por pura inercia he decidido pasar de página en esta bitácora. Supongo, que escupiendo palabras a un viejo monitor al que la pereza ha abierto sus puertas correderas de par en par, me sentiré mejor persona... funciona, no, no funciona esta vez. Dejaré que afloren mis remordimientos en forma de partículas hidrófilas sobre papel de aluminio. Hoy me puede la desidia más que la rutina.

Apuro mis últimos días de vacaciones, ya queda menos. La verdad es que no hay nada como el dulce hogar y aunque aparentemente se olvide con el paso del tiempo, siempre se tiene en mente.

 

Hambre

Hambre

Almendrita se llamaba mi amor, la luz de mi vida interna, la calma, la paciencia disfrazada de corsario destemido, la lujuria desgastada de tanto usarla, la vanidad de mi reflejo en un charco de gasoleo B... A veces se me va tanto la pinza, que no logro alcanzarla ni a golpe de talonario.

Hambre de arena y sol, en esta agónica espera desesperada, que se agota al paso de duras jornadas de intensa niebla que se ciñe a mi cintura de avispa reina o de reina madre de un clan tipo los assamitas. Hambre de grasas saturadas que se aglutinen en mis muslos de fruta madura, de carbohidratos que quisiera deborar con ese frenesí genocida que caracteriza mis momentos de debilidad matutina. Hambre de diversión al azar y de cantar bingo con la voz tocada por la resaca de bebidas blancas, destiladas a temperaturas no recomendables por el más experto de los fabricantes. Hambre de vivir sin pausa y sin la prisa de una tarde de rebajas, sin la necesidad de acoplar mi tiempo a tus antojos de parturienta salida de cuentas.

LLuvia

LLuvia

LLueve...

Lluvia... sobre mi cara de pocos amigos en esta tarde de viernes inadecuada, sobre mi enfado que persevera trás haberle dado a publicar una nueva crónica y se haya perdido por el ciberspacio, sin que blogia se haya hecho responsable de su extravio... no me apetece volver a escribir nada más.

Mañana me despertaré cegada por el sol o eso quiero pensar que pase.

 

SPA

SPA

He ido a remojar mi manicura francesa en un antro de perversión hídrica en versión marina, o lo que es lo mismo, darle unos baños al cuerpo en una piscina de chorros y jacuzzis. De no ser por la  presión que ejercía la silicona en mi cabeza, estaría en posición de afirmar que aquello se asemeja a un paraiso acuático de los de clase turista (tampoco vamos a tirarnos de la moto y alabarlo demasiado) El look es tirando a ridículo, pero todo sea por no soltar bellos antihigiénicos en esas impolutas y descontaminadas aguas termales. Deberían fabricar gorros efecto peluca para no perder el glamour ni cuando te haces unos largos. Y es que... a quién le sienta bien un gorro de piscina??

El Talasso, todo un complejo de relajación, ubicado en una pendiente ligeramente pronunciada a un lado de la carretera que va a la Guardia, se debate entre la ilegalidad urbanística de su emplazamiento y la belleza de sus vistas al mar. Puede que su construcción haya quebrantado de pleno los ideales ecologístas y pisoteado la Ley de Costas, la de Mares y la de Pastos y Rastrojeras, pero... apuesto a que alguna vez alquien ha compartido chorrito relajante entre las pantorrillas con algún miembro de greenpeace.

Es el lugar idóneo para enriquecerse sin dar palo al agua, ya que es frecuentado por seniles faltos de cariño ávidos de nalgas prietas a las que echar la zarpa, que seguramente tengan la cartera a rebosar y el corazón sin amueblar desde la última mudanza. El asomo de una sonrisa se reflejó en el rostro de un caricaturesco sesentón, de barriga prominente y pelamen blanquecino disperso por su escultural figura XXL, cuando me deslice despistada sobre el asiento de azulejos buscando la combinación de chorros más potentes del jacuzzi. Casi le rozo el muslamen sin darme cuenta, lo que debió interrumpir su estado de embriaguez salina y le hizo despertar de golpe atosigado por esa sensación de euforia incontrolada al sentirse acosado por una joven de pechos perfectos y culito respingón.

No ha sido la misma reacción la de una señora de la 4ª edad, a la que casi meto un pie en la boca cuando nos cruzamos nadando. Su mirada al contrario que la del abuelo feliz, irradiaba flemas de amoníaco hacia mí. Cuanta susceptibilidad!!

Castigué a mi novio unos minutos en el baño turco. El pobre casi se queda en el pellejo, entre el vapor de agua y el calor de la sala. Aquello debe ser un simulacro del infierno, para que te hagas una idea de lo que Belcebú te tiene reservado por pecar en cantidades industriales. Sin embargo, yo estoy preparada, aguanté perfectamente sentada en esos azulejos sudados, observando la vidriera de colores que recuerda a una hermita y ese olor tan acentuado a caramelos de eucalipto que te penetra por todos los orificios del cuerpo sin cita previa.

En definitiva, una experiencia de dos horitas recomendable para todos los que amen el agua en todos sus movimientos a un precio ajustado a los bolsillos en crisis.

 

Vacaciones de verano junto al mar...

Vacaciones de verano junto al mar...

Lo suyo sería hablar de victorias merecidas, aficiones entregadas al delirium o de la paralización de todo un país a causa de unos cuantos calzones seleccionados por alguien que debería estar más que de sobra, cobrando la pensión por jubilación. Si todavía fuesen slips ajustados... podríamos hacer un mínimo esfuerzo por llegar a entender la locura que se desata con sus vaivenes en  un cesped tan escrupulósamente rasurado. No entiendo por qué son hiperventas los merchandising de orgullo patrio últimamente. En fin... son cosas que pasan.

Todavía no se ha poblado mi cabeza pensante y soñante las más de las veces, con esos desagradables contingentes de canas. Así que , no ha pasado tanto tiempo desde que escribí el último artículo en esta bitácora. Degusto sentada en mi sillón de pelo de tigre hondureño, el inmerecido importe de la productividad. Un complemento que nace del cumplimiento obligado del horario rígido laboral y que ahora también recae sobre los que como yo, hemos sido agraciados con el don de las ansiadas vacaciones de verano.Oremos!

Comencé haciendo caso omiso a los consejos nivea  y ahora tengo tatuado el lazo del bikini en el centro de la espalda. Necesito más sesiones con Lorenzo el calenturiento, para borrar esta mancha en mi expediente, aunque he de decir... que ya luzco un bonito bronce-rojizo, que resalta mis ojazos enmarcados en mi habitual antifaz de mapache en cautividad. Voy a dejar de pensar en el perro que muerde la barra de bar y despertar a mi compañero de discusiones matinales, para así poder disfrutar de las miles de cosas que nos depara la ociosidad ganada con el sudor de nuestro occipucio, en este día vestido de humo de tabaco inodoro. Me he de encomendar a todos los santos y los mártires y a todos los dioses cienciológicos, para que pueda volver a pisar tierras arenosas bañadas por gélidos mares, antes de que mi depilación al roll-on de manzana verde decida divorciarse de mis tersas piernas. Menos mal que la morriña acumulada todo lo soporta... Felices vacacioneees!

Microrrelato

Microrrelato


Te presentaste por sorpresa  y me arropaste con la misma ternura con la que observo la silueta de tu sintaxis. Me presté a tu abrazo porque sí y desde entonces viajo a la deriva de tus historias contadas con murmullos callados, imaginándome sucesos paralelos que provocan un prolongado paréntesis en mi desencantada sonrisa.
Respiro cada uno de los aromas que encierran tus frases y me sumerjo en tus páginas hasta alcanzar el abismo de tus entrañas, porque quiero estar a salvo de las realidades que acosan mi rutina.
Quisiera olvidarte para que me vuelvas a recordar una vez más, lo mucho que te necesito con tus argumentos de rima asonante, lo tantísimo que pintas en mi vida con abstracciones absurdas en los momentos más sucios y que me engañes y me turbes, que me hagas llorar, reír o pensar y que me excites el intelecto con tus caricias de papel.

 

Supongo que no significará nada este microrrelato para el jurado del Fnac, pero como se suele decir, lo importante es participar. Espero que cumplan su palabra de regalarme esos 6 € para comprarme algo a través de su web, tan solo por el  hecho de participar. Para mí ya es importante que alguien como Agustín Fdz. Mayo, me pueda llegar a leer, con eso me conformo, ya que no aspiro competir con tanta gente que habrá escrito de toda España con unas líneas que escribí mientras veía un capítulo de Bea la Fea, justo después de comer. Aún así estoy orgullosa de mi minicreación en tiempo record y sin exprimir mucho la neurona. Un saludo.

 

Regalos

Regalos

Un joyero en forma de cama con sus mesillas a juego, unos pendientes de alpaca, una maleta gris de 4 ruedas y exterior rígido, una bufanda, unos guantes, dos tangas (uno de ellos minúsculo y transparente, cosas de mi abuela, jajaja), agua de perfume j´adore de Dior, una pasmina dorada, unos pendientes fucsia y un colgante a juego, una caja de bombones, un abrigo largo negro, unas medias, un jersey blanco, un jersey verde y un libro de bolsillo "ojos de agua" y ... todavía queda Reyes. Visto lo visto, puedo decir que me he portado bien este 2007 o eso o la gente que me quiere tiene una idea buena y equivocada de mí y premian esa falsa apariencia con regalos inmerecidos. No se admiten devoluciones.

Puede que este sea el último año que pase las navidades aquí. Puede que el próximo me toque cocinar algo sencillo para dos y no haya ni la mitad de regalos. Puede que sea más triste, puede que la intimidad nos recuerde que lo que realmente importa lo tenemos delante y lo demás es accesorio.

Este año, como casi todos, también hubo anécdota. En Nochebuena, tocó borrachera casera. Hice migas con el vodka y la naranja que calmaba su temperamento para que no se me subiese tanto a la chepa, pero aún así, la dosis provocó esa risa permanente que más tarde pasó a ser carcajada y esa levedad de todo mi ser que suele darse cuando se enciende mi puntito. Los juegos de mesa contribuyeron a nuestro entretenimiento. Cifras y letras resultaba monótono, aunque me encanta inventarme palabras y comprobar como la tabla de multiplicar se va diluyendo progresivamente entre mis recuerdos de la infancia. El Trivial para lerdos, versión año de la polka, se hace dificil a causa del mal azar y de la embriaguez de mi sapiencia, pero nos reimos mucho. Finalmente, el Monopoli (tradicional en mi casa los últimos cuatro años) me hizo perder frente a mi padre, habiendo resistido los ataques de mis dos hermanos. Siempre me ha dado suerte, comprar París. Lo mejor vino trás la cena (el Rodaballo con vodka no es recomendable, pero me supo a gloria). Era un duelo de hermanos al "Eye toy". Nos tocaba el juego de matar ninjas con nuestras propias manos. Rafa y yo, nos los cepillamos límpiamente, pero cuando le tocó a Miguel... aquello se convirtió en una lucha encarnizada. Tanto que en una de sus "llaves" su mano fue a dar en la lámpara de la cocina (en forma de flor), los cristales saltaron por el aire y se le cayeron encima y su dedo índice comenzó a sangrar. Menudo tajo que se hizo! Adios lámpara (solo quedó pendiendo del techo la mitad). Siempre le pasa alguna desgracia ese dia, aunque no salga de casa, está comprobado.

En fin... así comenzó nuestra Navidad. Esperemos terminar bien el año. Aunque yo creo que le recibiré con faringitis vírica. Hoy ya me encuentro bastante mejor. Un beso para mis papanoeles, que este año se han portado muy bien!!

 

Excesos

Excesos

En estado de somnolencia trás el incremento de ingesta etílica con respecto a la Noche buena del pasado año. Ha sido menos del que una barra libre puede proporcionar (aunque la calidad es un punto a favor) pero más de lo que mi hemoglobina puede transportar. Yo creo que los hematíes hacian rallyes por mis venas, donde no hay limitaciones de velocidad y todavía no se ha colocado ningún rádar que controle la circulación de leucocitos pasados de copas. Son unas risas los juegos de mesa (sobre todo el Trivial o el Monopoli) cuando tu visión comienza a querer engañarte y tu cuerpo aumenta su nivel de flotabilidad. Lo mejor es que todos los jugadores cojeábamos del mismo pie, unos con whisky, otros con colonia gyn y con vodka servidora. El rodaballo de la cena, me sabía un pelín rarito, mi lengua ya no estaba para muchos trotes.

Mi estómago no es menos y se ha querido sumar a los excesos, en un alarde de capacidad suficiente como para almacenar una cria de búfalo. Mi índice hipocalórico roza el cielo con las manos sin ponerse de puntillas. Parece que he decidido competir con Michelín y creo que me gana tan sólo por milímetros en la zona lumbar. Comienzan a agolparse los propósitos en mi inconstante conciencia y mi falta de toda voluntad está desperezándose y limpiándose las legañas, para poder iniciar la dieta de la alcachofa.

Lo primero que haré en cuanto pise suelo vasco, es invertir en deporte. Unas buenas sesiones de gimnasio y un veto en la estantería de las grasas saturadas y la bollería industrial en el Eroski, es todo lo que necesito para ponerme macizorra. Ya no es tanto el querer deshacerme de esos molestos kilos de más, cuanto el reafirmar y tonificar esa incipiente flaccidez que si la dejas se convierte en tu peor enemiga. No quiero llegar al punto de que cuando me abracen se tenga la misma sensación que podría darse al achuchar una montaña de gelatina... 

El camino hacia la estupidez

El camino hacia la  estupidez

Ese afán que cada día se acrecenta sin medida, de transformar la realidad social en algo "correcto" para algunas mentes retorcidas e insatisfechas no me cabe en la neurona. Las palabras tan sólo son meros escaparates de lo que se piensa y el modo de expresión, una vía para escupir pensamientos. Por qué buscarle los cinco pies al gato?

El preescolar, al menos en el colegio al que va mi sobrino que curiosamente es el mismo al que iba yo, no es lo que era. Las cosas cambian y reconozco que han de evolucionar con la sociedad, que hay otros puntos de vista y otras preocupaciones distintas a las de antaño, cosa con la que también discrepo en cierta medida porque la problemática básica es muy pareja a pesar del paso de los años. Parece ser que ahora, se han cargado el APA (asociación de pais) porque es discriminatorio. Ha de decirse Asociación de Nais e Pais (ANPA). De toda la vida, pais= padres, es un sustantivo que designa una colectividad, no creo en absoluto que sea un ejemplo de discriminación. Yo digo: "Voy a casa de mis padres" y no por ello estoy discriminando a mi señora madre. Me encanta que se destinen fondos públicos en estas pijadas y no en lo que realmente importa, como podría ser un puto tren de alta velocidad que me evite 11 horas de chucuchú hasta mi lugar de residencia.

Luego me encuentro con que el mítico cuento de "Pulgarciño" ha variado en el sentido de que ya no puede aparecer solo Pulgarciño, sino que tiene que haber una Pulgarciña también, ya que no puede darse discriminación a la mujer y ha de estar en condiciones de igualdad en el cuento. Manda huevos!! Ver como la madre de Pulgarciño, tiene que lidiar no con un sólo hijo, sino que casi la hacen familia numerosa porque tiene que haber representación filial femenina, hace que me cuestione si realmente la educación está para enseñar la realidad o para distorsionarla. Que es un inocente cuento por el amor de Dios, no creo que los niños vayan a hacer depender su futuro y probable comportamiento machista porque "Pulgarciño" no tenía una hermanita con la que ir a comprar azafrán! Hasta donde vamos a llegar? Tendré que presenciar un cambio de sexo de Spidermán también? Le saldrán a D. Pantuflo Zapatilla y a Doña Jaimita (padres de Zipi y Zape) dos gemelas para que empiecen a desear suicidarse y así fomenten la autolesión como válvula de escape?? Y quién les dará una subvención para criar tanto niño? Por no hablar de las 3 mellizas... por qué no son mellizos también? Podría estar hasta la semana que viene ayudándome de ejemplos y aumentando los personajes de todos los cuentos y películas para que lo mandamás estén contentos, pero no voy a perder el tiempo en estupideces. Señores, los cuentos cuentos son... déjense de malgastar su tiempo y nuestro dinero en pequeñeces y limítense a cosas más serias! Un beso para "Pulgarciño" (el original)

Dudas

Dudas

A poco que cierre eso que tengo por faros de visualización rápida, se presenta en mi mente desenfriada por falta de uso esa retahíla de pequeñas y grandes dudas que me asaltan a mala fé, pero no me pillan desprevenída, tengo los razonamientos justos y recién inventariados para hacerles frente sin mover ni un pelo de las pestañas. Es complicado esto de las decisiones, sobre todo cuando de ellas depende el futuro de tu relación exagerando mucho o el hacer simplemente feliz a la otra parte contratante sin exagerar nada en absoluto. Me pierdo, me derivo en un mar de miles de objetos de regalo, me exprimo los sesos intentando no defraudar y lucho contra los incentivos que me llevan de cabeza hacia el derroche a pesar de la intolerancia de mis ideales utilitaristas. 

Es mejor la cara y la cruz, pero tampoco quiero que la cuestión se decida con un método de azar básico. Tirar la casa por la ventana me resulta del todo aterrador, sobre todo porque soy consciente de que no tengo casa en propiedad y así dicho, la frase resulta del todo ilusa. Pienso que se merece eso y más, que el cariño profesado y todas esas miles de virtudes que percibo que posee que hacen que sus minúsculos defectos sean solo eso, minucias, deberían ser recompensadas de algún modo pero... no tengo tan claro que mi economía doméstica pueda permitirse ese derroche monetario. Vale, permitírselo puede permitírselo, pero... sería una permisividad un tanto excepcional y dicho sea de paso, muy esporádica en el tiempo. Me autoconvenzo con argumentos que me lleven a decidirme por agasajar con más que un objeto deseado, una ilusión más que rebosante y una sonrisa de eterno agradecimiento. No sé qué hacer... ya veremos aver si me dejo llevar por la inconsciencia de mis impulsos por darlo todo sin mirar atrás o si por contra, me vence la conciencia utilitarista y termino desenvolsando euros en algo común y corriente, necesario aunque con un toque de capricho. Porque... para lograr sonrisas de su boca, basta con que le mire con cara de muchos amigos o con expresión de estar presenciando un truco de magia o incluso con mirada de novia orgullosa, pero a veces es necesario fomentar el cariño no solo con gestos. Materialismos los justos para él, para mí nunca son suficientes aunque últimamente estoy empezando a valorar mucho más las cosas transparentes que no se ven, ni pesan, ni tocan, que solo se perciben y se respiran y se sienten. Besitos para los no materialistas y los que son felices no con lo que desean tener, sino con lo que tienen!!

Indiferente Navidad

Indiferente Navidad

Sin más miramientos que los necesarios para reconocer tus deseos. En esta época en la que  se supone tenemos que aparentar una felicidad hipócrita, me siento como pez fuera del agua. Nunca he entendido por qué los abetos han de rasgar sus vestiduras y fingir que son  estereotipos sin su consentimiento, ni por qué las postales han de llevar motivos festivos. Celebramos el final de algo que pretendemos enterrar en lo más profundo de nuestros recuerdos o por contra, el inicio de algo esperanzador y a la vez incierto, pero que nos prometemos será mejor que lo vivido hasta el momento... Es el momento de la incoherencia, de la falsedad, de la celebración de las conveniencias, del despilfarro sin ton ni son, de los excesos, de la ilusión ilusa, de las vacas que aparentan ser gordas, de la gula, de la envidia, de las vanidades caprichosas, de los tópicos típicos, de los reencuentros aparentemente deseados o políticamente acordados, de las sonrisas difusas en rostros pálidos como la nieve...

Este año que me da sus últimas patadas en forma de herpes labial, ha sido el año de la transición, de la búsqueda de un lugar donde me encuentre a gusto. Creo que lo he encontrado en esta pequeña ciudad del norte. No puedo quejarme del recibimiento, ni de la suerte por haber encontrado vivienda más que digna a precio de fábrica y por haber una oferta de empleo más que aceptable para mi "cuchifritín del alma". No le pido más a la vida.

Para todos aquellos que disfruten con este GRAN montaje de Diciembre: Feliz Navidad!! Para todos los demás, un besito!