Blogia
Aghoa Weblog

Hambre

Hambre

Almendrita se llamaba mi amor, la luz de mi vida interna, la calma, la paciencia disfrazada de corsario destemido, la lujuria desgastada de tanto usarla, la vanidad de mi reflejo en un charco de gasoleo B... A veces se me va tanto la pinza, que no logro alcanzarla ni a golpe de talonario.

Hambre de arena y sol, en esta agónica espera desesperada, que se agota al paso de duras jornadas de intensa niebla que se ciñe a mi cintura de avispa reina o de reina madre de un clan tipo los assamitas. Hambre de grasas saturadas que se aglutinen en mis muslos de fruta madura, de carbohidratos que quisiera deborar con ese frenesí genocida que caracteriza mis momentos de debilidad matutina. Hambre de diversión al azar y de cantar bingo con la voz tocada por la resaca de bebidas blancas, destiladas a temperaturas no recomendables por el más experto de los fabricantes. Hambre de vivir sin pausa y sin la prisa de una tarde de rebajas, sin la necesidad de acoplar mi tiempo a tus antojos de parturienta salida de cuentas.

0 comentarios