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Regalos

Regalos

Un joyero en forma de cama con sus mesillas a juego, unos pendientes de alpaca, una maleta gris de 4 ruedas y exterior rígido, una bufanda, unos guantes, dos tangas (uno de ellos minúsculo y transparente, cosas de mi abuela, jajaja), agua de perfume j´adore de Dior, una pasmina dorada, unos pendientes fucsia y un colgante a juego, una caja de bombones, un abrigo largo negro, unas medias, un jersey blanco, un jersey verde y un libro de bolsillo "ojos de agua" y ... todavía queda Reyes. Visto lo visto, puedo decir que me he portado bien este 2007 o eso o la gente que me quiere tiene una idea buena y equivocada de mí y premian esa falsa apariencia con regalos inmerecidos. No se admiten devoluciones.

Puede que este sea el último año que pase las navidades aquí. Puede que el próximo me toque cocinar algo sencillo para dos y no haya ni la mitad de regalos. Puede que sea más triste, puede que la intimidad nos recuerde que lo que realmente importa lo tenemos delante y lo demás es accesorio.

Este año, como casi todos, también hubo anécdota. En Nochebuena, tocó borrachera casera. Hice migas con el vodka y la naranja que calmaba su temperamento para que no se me subiese tanto a la chepa, pero aún así, la dosis provocó esa risa permanente que más tarde pasó a ser carcajada y esa levedad de todo mi ser que suele darse cuando se enciende mi puntito. Los juegos de mesa contribuyeron a nuestro entretenimiento. Cifras y letras resultaba monótono, aunque me encanta inventarme palabras y comprobar como la tabla de multiplicar se va diluyendo progresivamente entre mis recuerdos de la infancia. El Trivial para lerdos, versión año de la polka, se hace dificil a causa del mal azar y de la embriaguez de mi sapiencia, pero nos reimos mucho. Finalmente, el Monopoli (tradicional en mi casa los últimos cuatro años) me hizo perder frente a mi padre, habiendo resistido los ataques de mis dos hermanos. Siempre me ha dado suerte, comprar París. Lo mejor vino trás la cena (el Rodaballo con vodka no es recomendable, pero me supo a gloria). Era un duelo de hermanos al "Eye toy". Nos tocaba el juego de matar ninjas con nuestras propias manos. Rafa y yo, nos los cepillamos límpiamente, pero cuando le tocó a Miguel... aquello se convirtió en una lucha encarnizada. Tanto que en una de sus "llaves" su mano fue a dar en la lámpara de la cocina (en forma de flor), los cristales saltaron por el aire y se le cayeron encima y su dedo índice comenzó a sangrar. Menudo tajo que se hizo! Adios lámpara (solo quedó pendiendo del techo la mitad). Siempre le pasa alguna desgracia ese dia, aunque no salga de casa, está comprobado.

En fin... así comenzó nuestra Navidad. Esperemos terminar bien el año. Aunque yo creo que le recibiré con faringitis vírica. Hoy ya me encuentro bastante mejor. Un beso para mis papanoeles, que este año se han portado muy bien!!

 

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