Sta. Constitución
En un día como hoy, donde la totalidad del Estado español celebra con ferviente euforia la ansiada Constitución española (democrática, plural, justa, social...bla,bla,bla), cuando en realidad debiera celebrarse el día 27 que es cuando se sanciona y promulga (el 6, simplemente se aprueba en referendum) no me siento solidaria con la honomástica de la citada norma normarum. Muchos de sus artículos, más que exigencias de cumplimiento por parte de los poderes públicos (a los que en un futuro cercano me sumaré) son meras utopías ilusas lejanas ya de darse en la práctica, por más que se empeñen en alardear de su significado y su procura inminente en cada período electoral. No voy a dejarme abducir por el sentido crítico y la inteligencia sublime de Gonzalo Bea en su tan aburridísimo artículo "politiqueo barato", ya que no me siento ni con ganas ni con suficientes conocimientos (por no decir que estoy totalmente pez) para divagar sin ton ni son sobre la "buena" marcha del Gobierno. Y...¿Por qué? Pues porque opinando sobre todos y cada uno de los mandatos que se recojen en la Lex de leyes, podría llegar a provocar cierta somnolencia en alguno de vosotros y no es plan iniciar esta nueva etapa con "críticas".
Tan solo citar uno de los artículos que me parecen hoy día, más hipócritas y que debería ser revisado por ciertos grupos antes de comprometerse legislativamente a regalarnos progreso. Me vengo refiriendo al art. 35, ese que dice... en su aptdo.1º: "Todos los españoles tienen el deber de trabajar y el derecho al trabajo, a la libre elección de profesión u oficio, a la promoción a través del trabajo y a una remuneración suficiente para satisfacer sus necesidades y las de su familia, sin que en ningún caso pueda hacerse discriminación por razón de sexo. " (en este último punto, alguno tiene más de un comentario que hacer, a que sí jarri?) Una cosa es que lo constituyan como un derecho, algo que podemos exigir, pero que no tiene porqué dársenos, cosa que es contradictoria en todo caso; sin embargo lo que ya es el colmo de todos los colmos que he conocido en mi vida, es que lo califiquen de deber. La situación ridícula y a todas luces sin pies ni cabeza es..."Yo, tengo derecho a trabajar y el Estado me lo impone como un deber, sin embargo, nadie me da la oportunidad de poder hacerlo (soy chica, no tengo experiencia y por encima, demasiados estudios para cualquier cosa, estoy en edad casadera y de procrear y no tengo enchufes...en fin... todo son pegas) La libre elección de profesión, ya es el chiste que faltaba para que este artículo se convierta en el más cachondo de la Ley. ¿Existe algún lugar donde realmente puedas dedicarte a lo que siempre quisiste o para lo que te preparaste? Me refiero a trabajar siendo remunerada, porque ya sabemos que de gratis puedes ir a casi todas partes y digo a casi todas, porque esa es otra. En resumidas cuentas, este art. todavía puede desmenuzarse más y colgarle de un pino, o subirle al patíbulo de la plaza del pueblo para apedrearle antes de colgarle (con la longitud de cuerda exacta y el nudo estratégicamente amañado para que no se parta el cuello al caer y así agonice lentamente mientras se queda sin aire). Son pequeñas anécdotas cómicas que los Altos cargos nos cuentan en sus bestseller para que nos riamos con ellos, cuando en realidad sólo ellos se parten el culo (un trasero que se limpian con los billetes que no tenemos oportunidad de ganar) Tan sólo quedan los ruegos y plegarias (para quienes crean que pueden tener algún efecto) Menos mal que nos queda Portugal, y en mi caso... dentro de lo malo, he tenido una suerte como un mundo a pesar de que pase a formar parte del colectivo más odiado por la población... "esos chupadores" (y no me refiero a los del gremio de la sección de contactos del periódico, sino a los funcionarios). Feliz día a todos!
4 comentarios
Arosa -
Harrry -
Juan -
Raimo Preysler -